¿Cuántos hemos escuchado a amistades o familiares que realizan comentarios hacia otras personas? ¿Cuántas veces esos comentarios son positivos?
Todas las personas hemos pasado por estos momentos, que escuchamos, o bien, decimos comentarios que no edifican cuando vemos o escuchamos algo de alguien, sin saber la realidad de esa persona o si está pasando por alguna situación difícil.
Con el ajetreo diario se nos olvida que todos somos humanos y por ende no hay perfección, nos pasa que quizá alguien nos atendió mal en una tienda, vamos acompañados e inmediatamente decimos muchas cosas sobre ese trabajador, pero se nos olvida ponernos en los zapatos de él o ella, donde hay una posibilidad de que esté triste por alguna situación en su casa. Es lo justo que nos sintamos molestos por su mala atención al cliente, pero no justifica el tratar mal a esa persona y realizar comentarios negativos con otros.
Debido a estas situaciones les cuento un poco, sobre la Filoxera que me enseñó mucho de qué debo decir o no ante alguna situación.
La Filoxera es un insecto pequeño y amarillento que ataca la vid. Este insecto es tan destructivo que una de sus formas de propagarse es por medio del aire, por ende, contamina a las demás plantas una manera rápida.
Anteriormente si una planta estaba contaminada por la Filoxera, para erradicarlo, se probaron varios métodos, pero el más efectivo era arrancarla y si es mucha la propagación se debía quemar para que no dañara las demás viñas, es decir solo el fuego podía acabar con la Filoxera.
Aquí es donde les pregunto ¿somos como la Filoxera?
Es bueno que lo analicemos cada cierto tiempo de nuestras vidas, porque como comenté antes, nos puede pasar que vemos a una persona que no hace algo bien e inmediatamente decimos comentarios que no son positivos y aún más si vamos con un amigo opinamos: “viste que mal me atendió”, “quién sabe por qué es tan amargado”, entre otros comentarios, que al decírselo a esa amistad no estamos contribuyendo y estamos contaminando la mente de él o ella sin necesidad.
También por ejemplo, nos puede pasar que un amigo adquiere un carro nuevo y se vienen comentarios entre el grupo: “seguro lo hace por aparentar”, “no tiene plata y se compra un carro”; pero si nos detenemos un momento y analizamos ¿de qué sirve que hagamos estos comentarios? En nada.
Actualmente debemos de tener mucho cuidado con lo que hablamos, incluso con lo que vemos o escribimos en redes sociales, porque no sabemos si estos comentarios pueden herir a las personas, no tenemos idea si está pasando por un momento muy difícil en su vida, y por lo que decimos, estamos contaminando como la Filoxera los pensamientos de las personas con las que conversamos y dañando por ejemplo, a mi amigo el que tiene carro nuevo.
En esta vida debemos ser más empáticos, ponernos en los zapatos del otro y pensar: “puede ser que tenga un mal día”, “si está molesto por algo será, voy a preguntarle si está bien”, que positivo es para nosotros y nosotras pensar así, analizar las situaciones desde una perspectiva distinta y no llegar a ser como la Filoxera contaminando a los demás.
Por eso debemos analizar si somos como la Filoxera, si esos comentarios contaminan a los demás, si eso que vamos a decir no edifican y va a ocasionar que las personas pasen un mal rato por lo que acabamos de decir, incluso lo que comentamos en redes sociales. Cada vez que esto pase conmigo o lo vea con los demás seamos empáticos, pensemos cómo quemar esa Filoxera para que no dañe, en cómo erradicar este insecto tan pequeño, para que no nos aleje de ponernos en los zapatos del otro.