¿Qué fácil se lee esa frase? Podemos interpretarla de mil maneras, para algunos de nosotros ese niño o niña corre libre dentro de nosotros y muy feliz, más bien es ese niño o niña quien corre a abrazarnos. En otras ocasiones se escabulle y juega a esconderse detrás de algunos miedos o experiencias que tenemos que alejar para lograr ese contacto.
Muchas personas ni siquiera reconocerían esa imagen de su Yo niño aunque la tuvieran de frente, como pasa en la película Encuentro Conmigo donde Mel Gibson pasa la película viviendo experiencias con ese yo con dificultades para saberse que es él mismo, no les hago spoiler para que la vean.
Podríamos preguntarnos, cómo éramos de niños o niñas, cuales eran nuestros juegos favoritos, que aspiraciones teníamos. Puede ser que muchas de estas respuestas no las recordemos, podemos comentar con familiares y amigos buscando revivir esta etapa de la vida que es tan importante.
En qué radica la importancia podríamos preguntarnos; la infancia es la etapa en la que se forja nuestra personalidad, ajá esas chichas y berrinches, esas trampas que hacíamos jugando para ganar, ese líder que «mandaba el juego», ese que se alejaba y prefería pasar tiempo a solas, es un poquito o mucho de lo que somos hoy.
Sinceramente ese abrazar, amar y tolerar a mi niña no ha sido una tarea fácil, ha significado una completa remodelación en busca de un lugar donde las dos logremos estar seguras, cómodas y tengamos esa confianza de estar una al lado de la otra apoyándonos en el camino de la sanación.
Por medio de las profesiones de ayuda dentro de las cuales la orientación forma parte, existen muchas herramientas y estrategias que pueden ayudarnos a abrazarnos por dentro de amarnos plenamente y vivir con libertad esa experiencia de bienestar. Por medio de una serie de sesiones ya sea personales o grupales se puede trabajar y traer a lo consciente eso que tenemos guardado que nos aleja de los cimientos de nuestra vida.
Les invito a buscar ese niño o niña y entablar un día de estos una conversación a ver que tal les va. Si quieren por ahí me cuentan como les fue.
¡Abraza esa niña o niño interno!
