Un par de ingredientes de la valentía

La valentía o el valor pueden llegar en algún momento a parecer algo trillado, pero porque estamos muy habituados a verlos mencionar casi por todo.

¿Nadaste aguas abiertas? ¡Qué valiente!

¿Te casaste y querés tener hijos? ¡Qué valiente!

¿Te subiste al techo a arreglar una gotera? ¡Qué valiente!

A mi hasta me despidieron así para cuando corrí mi última maratón: ¡qué valiente!

Vemos y nos damos cuenta de historias de valentía en casi cualquier ámbito de vida. ¡Y está bien! Lo cierto es que se necesita valor para lograr muchas cosas, porque obstáculos y situaciones que desaniman las hay en todas las tallas, formas y colores que nos imaginemos.

El tema es que en muchas ocasiones encasillamos al valor como un requisito indispensable para iniciar el trayecto deseado. Pensamos que si estamos asustados o con miedo no tenemos las condiciones necesarias para arrancar.

Y en ocasiones no es así. Habrá momentos donde si, vamos a tope con todo. Imparables. Un ejemplo es cuando iniciamos una rutina de ejercicio, donde a los pocos minutos nos empezamos a sentir con energía y fuerza para continuar.

Pero en las otras ocasiones, el valor aparece al final, cuando terminamos. Cuando tuvimos esa conversación y nos dimos cuenta que podíamos hacerlo y dar por zanjada una situación que nos agobiaba. Cuando terminamos de leer el libro y vimos que podemos empezar otro creándonos el buen hábito de la lectura. Cuando nos toca dar un consejo y vemos que era bueno y que fue con la mejor intención del mundo.

Entonces, como ingredientes del valor, podemos citar a la acción y al compromiso.

A la acción de ponernos en movimiento. Y al compromiso de mantenernos en ello.

Para eso que necesitamos o queremos lograr, tal vez sea buenos enfocarnos en la acción y en el compromiso con nosotros mismos, en lugar de estar revisando si somos o no valientes.

Porque valientes hay, el mundo está llenos de ellos. Pero todos pasaron a la acción y se comprometieron a lograrlo. Eso es lo que necesitamos nosotros también.  

Ya el título de valientes vendrá luego, no hay prisa.

Publicado por Fabrizzio Ponce

Entrenador de líderes. De profesión administrador de negocios y con formación adicional en RRHH, liderazgo, motivación y coaching. Ayudo a crear y formar líderes y personas de alto rendimiento.

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